20. dic., 2018

La presencia. Surge una intención

En ese momento pensé que era mi curiosidad lo que me empujó a buscar un lugar donde aprender a trabajar con niños de forma terapéutica, pues pensaba que aplicar la terapia Biodinámica Craneosacral en ellos, sería abrirles las puertas a una vida más en armonía con su esencia, con menos piedras, más consciente.

Y así, casi hace tres años, surgió una intención clara de poner mi atención a la etapa lo más temprana posible de un ser humano. Lo que no sabía es que básicamente ese ser humano, iba a ser yo.

 

 PRESENCIA E INTENCIÓN

Lo que yo atribuía a una decisión consciente, totalmente premeditada y con origen totalmente racional, como era la decisión de incorporarme a la nueva formación de Naiad, ahora después de tres años, descubro que mi propia experiencia vital, guardada discretamente en mi inconsciente, fue la que me guió de forma muy sutil, con la esperanza de que yo misma escuchara toda esa memoria con el fin de poderla transmutar desde lo traumático y limitante, a la toma de conciencia de la convivencia armoniosa de todas mis edades aquí y ahora.

 

Desde hoy miro atrás y en ese momento creía estar presente, al igual que lo creo estar ahora y seguramente de aquí tres años, miraré atrás y vea que en comparación, la presencia será lo que sienta en ese momento y no lo que es ahora ni lo que fue. En realidad la cualidad que diferencia los distintos estados de  mi presencia es la conciencia que tengo, en cada momento del tiempo, de la propia presencia. Parece que la presencia se abre lugar, seas consciente o no de ella. Es como si se hiciera ver, guiándote desde la inconsciencia por caminos llenos de recuerdos escondidos, para que los encuentres y si quieres tienes la oportunidad de mirarlos y prestarles un poco de atención, prestarte un poco de atención. Te da la oportunidad de ver esa parte de ti, que hace un tiempo no fue escuchada, valorada o atendida y poder así dedicarle su tiempo, tu mirada y entonces poder cambiar la ruta hacia otros caminos, con otros paisajes distintos.

 

Para mí, la palabra presencia significa estar en el presente, darme cuenta de mí, en este mismo instante, de mi pensar, de mi sentir, de esa parte de mí que actúa sin pedirme permiso, llena de razón por la experiencia que vivió ayer y utiliza hoy para protegerme disfrazando con frecuencia la realidad de lo que ocurre, transformándola en otra que en la mayoría de los casos, me causará sufrimiento, solo con la esperanza de que me pause, la mire, me dé cuenta, la haga consciente y así poder ver con un poco más de claridad, mi realidad, sin sufrimiento.

Aquí y ahora puedo ver todo lo que fui y sigue aquí porque la que lo experimentó, fui yo, y ahora yo sigo siendo, aquí y ahora. Siento que para nuestro ser, el tiempo no existe, todo ocurre en el presente, incluso en el pasado, fue en el presente de ese pasado cuando ocurrió y entendiendo esto, puedo sentir silencio dentro de mí. Silencio que cubre remordimientos, culpa, sensaciones de insatisfacción por cosas inacabadas o situaciones que podría haber cambiado, o experimentado de forma diferente, ya que todo sigue siendo ahora en el presente y por lo tanto ahora en el presente siempre tengo la oportunidad de cambiarlo, de volverlo a vivir de forma distinta, de cambiar mis sensaciones dejando de estar atascada en eso, para caminar hacia delante o por lo menos ser consciente de que lo puedo hacer.

 

 LA INTENCIÓN ORIGINAL SIEMPRE PRESENTE

Desde la Biodinámica entiendo que desde la quietud, surge una intención de crear un ser, provocando un movimiento y organización para que esto ocurra. De esta forma las fuerzas, energías, inteligencia superior… llámalo como quieras, se predisponen a hacer que esa intención pueda ser, y para esto estas fuerzas deben cambiar de forma para poder convertir la intención en algo material. De esta forma, la energía muta a lo que Sutherland llamó Aliento de Vida, cuya intención más pura es la de la vida y con vida entiendo que implícita está la salud, necesitada ahora de un plano, una forma, que dará lugar a otra mutación de la energía que en Biodinámica llamamos marea larga. Para poder modelar la forma primero hay que crearla, necesitando una fuerza, una potencia que impulse la formación de los tejidos, de la materia, contribuyendo a la reorganización de estos, y que habitará en los fluidos del cuerpo, pudiendo así llevar la esencia de la intención primaria a cada rincón de nosotros con movimiento mareal. Es la marea de potencia o marea media, la forma que adquiere la energía mutada. Y por último se necesita una energía que haga posible la formación celular y que cuya ruta de formación, cada dirección en la que se hayan formado los tejidos, va a ser expresada en ellos siempre, facilitando así, la conexión de los tejidos con la potencia, la forma, la vida la salud y la intención primaria de ser creado que surgió desde la quietud.

 

Como decía esta es la teoría que la Biodinámica me ha dado, de cómo estamos aquí y ahora, y aquí y ahora, a mí me ayuda a entender, que esa intención original lleva consigo unas cualidades que va a hacer que yo sea distinta a otra persona. Que en esa intención está mi esencia, mi intención propia de venir, la intención de mis padres, de la vida propia, y en el camino mismo de venir, se van a dar condiciones que determinarán mis senderos, que guiándome a través del sufrimiento y la felicidad, estarán orientados a mantenerme siempre cerca de mi esencia, de mi intención primaria. En cierta forma siento que cuanto más me alejo mayor es el sufrimiento y cuando vuelvo al origen siento paz, armonía o lo que para mí es lo mismo felicidad. A menudo suele ocurrirme que estas buenas sensaciones son sentidas, cuando cosas poco importantes a simple vista ocurren. Cosas sencillas, cosas mundanas, donde la presencia es protagonista.

 Hoy estoy segura de que el factor presencia, es imprescindible para sentirte en armonía con tu esencia.

 Yolanda Cortell Calvo. Acompañamiento terapeutico con Biodinámica Craneosacral y distintas terapias naturales.